Muchas
empresas recortan el presupuesto y postergan el desarrollo y capacitación de
sus empleados porque consideran que es una obligación patronal y un gasto
innecesario que aporta poco beneficio tangible. Esto resulta ser un error que
afecta desfavorablemente a las empresas cuando buscan alcanzar los objetivos,
ya que todo el tiempo se deben enfrentar a entornos cada vez más complejos a
los que difícilmente se adaptarán si sus empleados no están capacitándose
constantemente.
Uno de los
portales de empleo más reconocidos en Colombia: elempleo.com afirma que la
capacitación empresarial permite incrementar en más de 20 % la productividad
en los procesos y reduce cerca de un 40 % los niveles de rotación de personal,
cifras que indudablemente se verán reflejadas en el presupuesto de la
organización.
Leonardo
Zúñiga Martín, docente del Programa de
Psicología y Coordinador de Prácticas Profesionales del Politécnico
Grancolombiano, al referirse al tema expresó: “La carencia de formación
generalmente explica el incremento de los costos económicos de la empresa, los
problemas de productividad, pérdida de calidad en su gestión, debilidad en la
atención de los clientes internos y externos, desperdicio en el manejo de la
materia prima, fallas en el uso de las tecnologías muchas veces subutilizadas.
Además, se da absentismo, impuntualidad, abandono del puesto de trabajo,
accidentes laborales y otras consecuencias sociales indeseables”.
Por esta
razón, la capacitación debe verse como un proyecto indispensable dentro
de una empresa y como una de las inversiones más rentables. Para el docente del
Politécnico Grancolombiano, apostarle a la capacitación empresarial es
fundamental porque es un canal de desarrollo y formación que los individuos
requieren (y piden a gritos), incluso por encima de otros beneficios. De hecho,
los programas de capacitación complementan una parte clave en las
organizaciones, denominado el salario emocional, con el que se busca un
equilibrio entre la carga laboral, el beneficio personal y el desarrollo
individual.
¿Cómo aplicar las capacitaciones?
1. Conocer la pertinencia e impacto de
la capacitación, pues no sería lógico impartir temáticas que no le aporten
significativamente a la formación del individuo, ni a la optimización de sus
cargos. Por lo tanto, es importante establecer un diagnóstico real de
necesidades de formación. De igual forma, es crucial indagar las demandas del
mercado laboral en la actualidad para conocer si el trabajo que desempeñan los
empleados se encuentra en línea con las tendencias y de esta forma poder
innovar con nuevos conocimientos.
2. Designar un presupuesto ajustado a
la realidad de la organización, sin exceder expectativas que, a la larga, no
generan los resultados esperados.
3. Establecer dinámicas de evaluación
de los programas impartidos de capacitación, desde su duración, pertinencia,
calidad de los mentores, herramientas utilizadas, etc., así como su impacto
real en lo que se busca mejorar, optimizar o implementar. De esta manera, se
pueden tomar planes de acción a futuro sobre qué resulta más efectivo o no en
la implementación de los planes de formación empresariales.
¿Cuáles son los
beneficios?
Este tipo de
inversiones generan beneficios a corto, mediano y largo plazo. La empresa
empieza a ser reconocida por su labor y por sus niveles de profesionalismo, lo
que les brindará credibilidad y fuerza frente a la competencia y los clientes
potenciales. De esta forma mejora su imagen en el mercado al servir de puente
para conectar a las personas, las empresas y todos los sectores sociales, pues
entienden el contexto en que se encuentran y contribuyen desde diferentes dimensiones
al desarrollo social y humano. Además, redundará positivamente en la calidad de
vida organizacional, en un clima de trabajo de mayor satisfacción y en una
cultura corporativa más fuerte y sana.
Fuente: Laura
Ximena Orjuela
Jefe de
Prensa – Politécnico grancolombiano
Ajuste de
contenido y diagramación: bersoahoy.co
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