El estudio encontró que el 70 % de los encuestados considera que las
mujeres toman decisiones financieras de manera más efectiva que los hombres.
El trabajo realizado por el docente César Augusto Hernández Ocampo del
Politécnico Grancolombiano, generó una serie de interrogantes entre las cuales
están:
¿Son las mujeres más sensibles que los hombres a la hora de tomar
decisiones financieras?
¿Esto significa que ellas administran mejor el dinero?
La investigación denominada “Las neurofinanzas en la toma de
decisiones financieras”, identifica la influencia de las emociones en estas
decisiones y su relación con el género masculino y femenino.
¿Esto a qué se debe?
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Cesar Augusto Hernández O. Docente |
Los impulsos emocionales desempeñan un papel crucial. Las diversas estructuras cerebrales y
aspectos psicológicos de cada persona influyen y van más allá de la lógica pura
en las finanzas tradicionales. Al estudiar la inteligencia emocional de las
personas, la investigación destaca tres características clave: habilidades
sociales, optimismo y seguridad. Estas cualidades pueden contribuir a una toma
de decisiones financieras más acertada y facilitar el éxito en las actividades
emprendidas.
Las mujeres poseen cualidades clave para tomar decisiones de manera efectiva. Estas incluyen la paciencia,
que les permite esperar rendimientos a largo plazo en sus inversiones; la
prudencia, que las lleva a analizar cuidadosamente las diferentes alternativas
de inversión en lugar de optar por la primera opción que encuentren; la
tranquilidad, ya que prefieren carteras de inversión menos volátiles y asumen
un riesgo más bajo; y la modestia, ya que no sienten la necesidad de alardear
sobre sus logros financieros, lo que les permite tomar decisiones basadas en la
utilidad y no en la apariencia social.
Del otro lado, los hombres tienden a estar más en contacto con el
riesgo, especialmente para hacer rentable un negocio de manera más rápida. Su
enfoque puede estar más orientado hacia cuestiones sociales y el éxito
conseguido, mientras que las mujeres tienden a considerar el ambiente que las
rodea y cómo sus decisiones financieras pueden impactar no solo su propio
patrimonio, sino también el de otros.
La capacidad de aceptar el riesgo también varía según la edad de las
personas, afectando la madurez en la toma de decisiones financieras. Los
jóvenes pueden ser más propensos a tomar decisiones riesgosas, mientras que
los adultos mayores pueden basarse en su experiencia y conocimiento para tomar
decisiones más racionales y seguras.
Es importante considerar que, en el caso de las mujeres, las decisiones
cotidianas están influenciadas por una fuerte carga sensible. Esta conexión
entre la emocionalidad femenina y la gestión financiera podría explicar porqué
se percibe que las mujeres tienen un manejo más adecuado del dinero y son
vistas como tomadoras de decisiones financieras más acertadas.
Otros factores que consideran las mujeres al tomar decisiones
financieras, además de los números, son las variables relacionadas con la ética
y la responsabilidad social. Esto refleja una tendencia a mirar más allá de la
utilidad económica o el beneficio propio, centrándose en el impacto global de
sus decisiones. Aspectos como el impacto ambiental de un negocio, su
contribución a cambios sociales positivos que beneficien a los más vulnerables,
y su preocupación por las personas en general, son tomados en cuenta.
La investigación del docente del Politécnico Grancolombiano, César
Augusto Hernández Ocampo también atribuye este fenómeno a diversos factores
identificados en la dinámica económica y social del país. En muchos hogares,
las mujeres asumen el rol de cabeza de familia y gestionan el presupuesto
familiar, lo que implica tomar decisiones financieras cruciales, como
administrar los gastos y hacer rendir el dinero, especialmente en un contexto
económico con inflación elevada y fluctuaciones constantes en los precios de la
canasta familiar.
Para llegar a estas conclusiones, la investigación analizó el
comportamiento financiero de personas en 19 localidades de Bogotá. De la
muestra total, el 48.4% eran mujeres y el 51.6% hombres. La mayoría de los
encuestados tenían entre 18 y 35 años, con un nivel educativo mínimo de
bachillerato. El 75% de ellos eran empleados, el 14.7% trabajaban de manera
independiente, y el 9.7% eran estudiantes.
Fuente: Laura Ximena Orjuela - Jefe de Prensa
Fuente: Comunicación Comisión Reg. de competitividad.
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