A manera histórica y de ilustración, publicamos este documento.
Por Mario Rivera Guzmán.
Escritor mexicano
El origen de la actual guerrilla en sus diversas vertientes conceptuales y orgánicas, debe buscarse sin lugar a dudas, en los años 1948-50, en lo que concierne a su razón de ser históricamente. En esos primeros años, la guerrilla colombiana es la actitud primaria y valerosa de un pueblo como respuesta inmediata a un proceso de violencia oficial que había logrado deteriorar profundamente la vida nacional, pocas regiones se libraron de la devastación humana. Violencia política, violencia como despojo de la tierra para hacer crecer los linderos de los grandes latifundios, violencia económica expresada en las ansias desmesuradas de enriquecimiento personal, violencia religiosa contra quienes no creían ni practicaban los ritos de la iglesia oficial.
Proceso incontenible de violencia que desató una guerra civil no declarada, la cual dejó más de 3 cientas mil sepulturas, y todos los muertos y toda la sangre derramada pertenecían al pueblo. Se dice y es cierto, que en aquellos tiempos, el doctor Eduardo Santos a la sazón director propietario de un gran diario capitalino, El Tiempo, entregó dos millones y medio de pesos para financiar las guerrillas liberales. No se sabe a ciencia cierta si hay otras guerrillas financiadas por la Dirección Nacional Liberal o por los jefes liberales burgueses de aquella época, pero sí es cierto que, pongamos por caso, la primera guerrilla surgida a raíz del 9 de abril de 1948, en La Colorada, en el Departamento de Santander, al mando de Rafael Rangel, disponía de dinero suficiente para sus actividades. De la misma manera ocurrió con los guerrilleros del municipio de Urrao y Yacopí.
No hubo muertes entre los de arriba, ellos apenas se apersonaban en su dirección de la contienda que habían desencadenado entre los de abajo. Fue la violencia que buscaba en lo esencial el aniquilamiento del contrincante político. En ese entonces, liberales y comunistas fueron los señalados y marcados como víctimas destinadas a la muerte violenta. En ese dramático periodo se prohibió en la práctica, la muerte natural. En su iniciación, en la nefasta época de los gobiernos conservadores de Mariano Ospina Pérez (1946-48), Laureano Gómez (1950-53), y durante la dictadura militar del General Gustavo Rojas Pinilla (1953-57), la guerrilla surge como agua que brota de la tierra en forma espontánea. Ante la amenaza diaria de arrasamiento total de la vida, bienes y honra de fanatizados y criminales grupos de policías y civiles, la población decide como último recurso, organizar la defensa de su zona.
Se desentierran viejos fusiles de las guerras civiles, se reunen las escopetas, se inventan armas improvisadas amarrando los machetes en la punta de los palos y se nombran como instructores a los viejos que habían participado en la última guerra civil y a los jóvenes que recientemente habían pagado el servicio militar obligatorio, y esa noche como muchas noches se disponen a esperar la muerte que viene trotando al son de la marcha asesina. La guerrilla se organiza inevitablemente dentro del corazón y la respiración de la población, la guerrilla actúa en defensa de la población, la población vibra y ve por los ojos del núcleo armado.
Ese nacer de la guerrilla no es el producto de un esquema generalizado, al contrario expresa múltiples características afines a las diferentes regiones. En algunas zonas continúa la experiencia de antiguas luchas agrarias, en otras su aparición está signada por el deseo supremo de la sobrevivencia. Guerrilla y población deambulan juntos en la transhumancia de las marchas; guerrilla y población abren nuevas trochas por montañas y selvas. Existe entre la guerrilla y la población una comunicación de voz a voz; la guerrilla es la familia, en la guerrilla se encuentra el padre, está el hermano, se enrolan los hijos, la novia, la mujer. La guerrilla siembra influencia especialmente en los departamentos del centro del país, Tolima, Cundinamarca, Huila, también en Santander del Sur; se desarrolla vertiginosamente en los Llanos Orientales, y allí la guerrilla liberal logra ejercer dominio en vastos territorios, guerrilla dirigida por hombres salidos de la misma tierra, entre ellos, Guadalupe Salcedo, uno de sus legendarios comandantes.
(tomado de FARC-EP Esbozo histórico. Comisión Internacional. 1998)
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Escritor mexicano
El origen de la actual guerrilla en sus diversas vertientes conceptuales y orgánicas, debe buscarse sin lugar a dudas, en los años 1948-50, en lo que concierne a su razón de ser históricamente. En esos primeros años, la guerrilla colombiana es la actitud primaria y valerosa de un pueblo como respuesta inmediata a un proceso de violencia oficial que había logrado deteriorar profundamente la vida nacional, pocas regiones se libraron de la devastación humana. Violencia política, violencia como despojo de la tierra para hacer crecer los linderos de los grandes latifundios, violencia económica expresada en las ansias desmesuradas de enriquecimiento personal, violencia religiosa contra quienes no creían ni practicaban los ritos de la iglesia oficial.
Proceso incontenible de violencia que desató una guerra civil no declarada, la cual dejó más de 3 cientas mil sepulturas, y todos los muertos y toda la sangre derramada pertenecían al pueblo. Se dice y es cierto, que en aquellos tiempos, el doctor Eduardo Santos a la sazón director propietario de un gran diario capitalino, El Tiempo, entregó dos millones y medio de pesos para financiar las guerrillas liberales. No se sabe a ciencia cierta si hay otras guerrillas financiadas por la Dirección Nacional Liberal o por los jefes liberales burgueses de aquella época, pero sí es cierto que, pongamos por caso, la primera guerrilla surgida a raíz del 9 de abril de 1948, en La Colorada, en el Departamento de Santander, al mando de Rafael Rangel, disponía de dinero suficiente para sus actividades. De la misma manera ocurrió con los guerrilleros del municipio de Urrao y Yacopí.
No hubo muertes entre los de arriba, ellos apenas se apersonaban en su dirección de la contienda que habían desencadenado entre los de abajo. Fue la violencia que buscaba en lo esencial el aniquilamiento del contrincante político. En ese entonces, liberales y comunistas fueron los señalados y marcados como víctimas destinadas a la muerte violenta. En ese dramático periodo se prohibió en la práctica, la muerte natural. En su iniciación, en la nefasta época de los gobiernos conservadores de Mariano Ospina Pérez (1946-48), Laureano Gómez (1950-53), y durante la dictadura militar del General Gustavo Rojas Pinilla (1953-57), la guerrilla surge como agua que brota de la tierra en forma espontánea. Ante la amenaza diaria de arrasamiento total de la vida, bienes y honra de fanatizados y criminales grupos de policías y civiles, la población decide como último recurso, organizar la defensa de su zona.
Se desentierran viejos fusiles de las guerras civiles, se reunen las escopetas, se inventan armas improvisadas amarrando los machetes en la punta de los palos y se nombran como instructores a los viejos que habían participado en la última guerra civil y a los jóvenes que recientemente habían pagado el servicio militar obligatorio, y esa noche como muchas noches se disponen a esperar la muerte que viene trotando al son de la marcha asesina. La guerrilla se organiza inevitablemente dentro del corazón y la respiración de la población, la guerrilla actúa en defensa de la población, la población vibra y ve por los ojos del núcleo armado.
Ese nacer de la guerrilla no es el producto de un esquema generalizado, al contrario expresa múltiples características afines a las diferentes regiones. En algunas zonas continúa la experiencia de antiguas luchas agrarias, en otras su aparición está signada por el deseo supremo de la sobrevivencia. Guerrilla y población deambulan juntos en la transhumancia de las marchas; guerrilla y población abren nuevas trochas por montañas y selvas. Existe entre la guerrilla y la población una comunicación de voz a voz; la guerrilla es la familia, en la guerrilla se encuentra el padre, está el hermano, se enrolan los hijos, la novia, la mujer. La guerrilla siembra influencia especialmente en los departamentos del centro del país, Tolima, Cundinamarca, Huila, también en Santander del Sur; se desarrolla vertiginosamente en los Llanos Orientales, y allí la guerrilla liberal logra ejercer dominio en vastos territorios, guerrilla dirigida por hombres salidos de la misma tierra, entre ellos, Guadalupe Salcedo, uno de sus legendarios comandantes.
(tomado de FARC-EP Esbozo histórico. Comisión Internacional. 1998)
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