Los mayores
efectos han caído en aeropuertos de Colombia
Avianca acaba
de cancelar diversas rutas regionales
Encuentro
“Routes Americas 2018”, se efectuará en Quito, Ecuador
El transporte
aéreo en colombia y en el mundo es un mercado en el que participa un gran
número de actores que normalmente pasan desapercibidos para público en general,
ya que solo se hacen evidentes al momento en que las personas se convierten en
pasajeros. Desde las autoridades que hacen presencia en los aeropuertos hasta
los comerciantes que ofrecen sus servicios en esas infraestructuras, resultan
indiferentes para los ciudadanos hasta que éstos se ven obligados a interactuar
con ellos, debido entre otras cosas a que cuando se piensa en viajar por avión
el top of mind lo acupan las aerolíneas.
Dicho esto, y
a propósito de la caída generalizada del tráfico aéreo que, según cifras
publicadas por la Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil, en el
período de enero a noviembre del año 2017 fue del 0,3%, 7,7%, 11,1% y 10,1%
para los aeropuertos de Bogotá, Cali, Barranquilla y Bucaramanga
respectivamente, pareciera necesario ir más allá del impacto que ello ha tenido
para las aerolíneas, e indagar por el efecto que tal fenómeno ha generado en
los demás actores de la industria del transporte aéreo, entre ellos los
aeropuertos, sus operadores y concesionarios.
El
comportamiento desfavorable que reportó la industria el año anterior y que no
parece revertirse en el corto plazo (Avianca acaba de cancelar diversas rutas
regionales para centralizar su operación por Bogotá), significó la caída de los
ingresos operativos y comerciales de los concesionarios aeroportuarios, quienes
a pesar de ello deben continuar solventando los costos fijos asociados a su
funcionamiento, de tal forma que no se vean afectados los niveles de servicio y
estándares de calidad de los servicio aeroportuarios a su cargo, aun cuando no
gozan de la elasticidad en el precio que cobran al ususario como si pasa con
otros actores.
Tomando
prestada una referencia hecha por mi colega Diego González (Abogado argentino y
autor del libro “Derecho Aeroportuario. Régimen Jurídico del Servicio
Aeroportuario”), un aeropuerto puede ser considerado como un “no-lugar”, en los
términos considerados por el antropólogo y etnólogo francés Marc Augé en su
obra “Los no lugares”. Para él, “los no lugares” son espacios propiamente
contemporáneos de confluencias anónimas, donde personas en tránsito deben
instalarse durante algún tiempo de espera, como un aeropuerto”. Lo anterior,
considera al aeropuerto como un “no lugar”, al ser meramente un punto de
contacto de despegue o aterrizaje, pero que resulta tan relevante para el
viajero y los demas ususarios como el viaje en si mismo.
Así, la
experiencia nos ha permitido evidenciar que los aeropuertos son más que eso.
Han pasado de ser meros puntos de infraestructura de transporte frios y sin
rostro, concentrados en temas meramente aeronáuticos y procedimientos
operativos eficientes, para convertirse en parte integral de la experiencia del
viajero. De acá viene entonces los notables esfuerzos de aeropuertos como El
Dorado, que han identificado un potencial de transformación en el concepto de
experiencia y calidad del servicio para los usuarios, entendiendo como éstos no
solo a los viajeros, sino también a sus acompañantes, la comunidad que trabaja
en el aeropuerto, e incluso, usuarios de paso que ven en los servicios
comerciales que alli se ofrecen una oferta atractiva para satisfacer sus
demandas de consumo. El resultado de tal enfoque puede evidenciarse en los
reconocimientos a nivel mundial (skytrax) que ha obtenido el aeropuerto
capitalino, y que demuestran la importancia de la adecuada gestión de estas
infraestructuras en la experiencia de las personas que interactuan con ella.
Dejando de un
lado el aeropuerto en sí mismo, encontramos que existen otros factores que
impactan de manera importante en el tráfico de pasajeros, entre ellos la
promoción de destinos. Esta es una labor que deben hacer de manera conjunta el
Estado (a través de entidades a nivel nacional como Procolombia), las
autoridades regionales (Cámaras de Comercio, agremiaciones, asociaciones), las
compañías aéreas, y los operadores aeroportuarios, al ser el aeropuerto la
puerta de entrada a cada uno de los destinos. Es asi como éstos últimos se
convierten en un agente integrador de los diferentes actores interesados,
buscando que el trabajo de todos redunde en el numero de pasajeros que se
desplazan vía aérea desde diferentes partes del país y el mundo.
Surge
entonces la pregunta sobre el escenario dentro del cual debe jugar cada quien
su rol para aportar en el propósito común. Sobre este particular, tenemos que
próximamente se llevará a cabo el encuentro “Routes Americas 2018”, que
anualmente reúne a diferentes jugadores del transporte aéreo y que este año
tendrá lugar en la capital ecuatoriana del 13 al 15 de febrero. En Quito
estarán presentes más de 800 profesionales encargados del desarrollo de los
servicios aéreos de diferentes países, y más de 430 aerolíneas, aeropuertos y
autoridades de turismo, buscando impulsar la conectividad de los viajeros.
Es en este
tipo de espacios (existen otros eventos a nivel global del mismo tipo), es
donde los actores antes mencionados copan sus agendas de numerosas citas en las
que operadores aeroportuarios, agentes de turismo y autoridades públicas,
buscando fomentar con las aerolíneas la apertura de nuevas rutas o aumento de
frecuencias de las ya existentes. Esto, claramente dentro del marco de una
política de gobierno mucho más amplia, en la cual exista mayor liberalización
en la firma de acuerdos de servicios aéreos. Juegan acá un rol bien importante
los aeropuertos, los cuales para lograr su objetivo deben contar con una
infraestructura que permita la operación de los vuelos, y ser atractivos en
términos económicos para las aerolíneas. Sin embargo, es aún más importante el
rol de las autoridades regionales y gremiales, quienes, de la mano con el tema
de infraestructura, son los encargados de hacer el destino atractivo.
Muchos aseguran
que este tipo de eventos no son muy útiles, sobre todo cuando se trata de
mercados asegurados; sin embargo, para Colombia al menos, han sido exitosos. En
nuestro país, a diferencia de muchos otros en el mundo, existen rutas
internacionales directas desde varias ciudades diferentes de la capital, como
lo es el caso de Cartagena, Medellín, Cali, San Andrés y Barranquilla, que han
sido logradas gracias a estos espacios de convergencia entre agentes del
sector. En Cartagena, por ejemplo, hoy, existen 12 aerolíneas diferentes, las
cuales atienden 7 rutas nacionales y, para destacar, 7 internacionales: Ciudad
de Panamá, Miami, Nueva York, Atlanta, Fort Lauderdale, Lima y Amsterdam, y se
espera que como resultado del evento que se realizará en Quito, nuevas aerolíneas
y destinos sean puestos a disposición de los viajeros.
El
comportamiento del tráfico de pasajeros evidenciado en el último año debe ser
un incentivo para que los diferentes actores que convergen en un aeropuerto
tomen conciencia de la importancia de cada uno ellos, lo que redundará no solo
el mejoramiento de los resultados financieros de estos sino tambie, y aun mas
importante, en el servicio y la experiencia de quienes cada vez mas eligen el
transporte aéreo.
Queda
entonces mucha pista por recorrer, y esperamos que en el próximo Routes
Americas 2018, otros aeropuertos regionales catalogados como internacionales,
puedan culminar su agenda con
noticias
positivas, de tal forma que los colombianos podamos viajar por el mundo a
menores precios y contando con una experiencia de viaje integral.
Olga Ramírez
Duarte
Directora
Jurídica
Aeropuertos
de Oriente S.A.S. (Enviado por Miguel Soto) Adecuación
de contenido y diagramación: Bersoahoy.co
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