Ellos nunca se imaginaron que las autoridades tanto locales, como departamentales y nacionales de cada cuatrienio fueran a dejar en el peor abandono vial a la población que si bien es uno de los municipios de Santander muy atractivo, hoy NO se puede visitar por múltiples razones, como son:
Trancones por los reductores de velocidad en Piedecuesta Foto: Alerta Santander - Radio |
Pero nadie se
imagina que llegar a la entrada de San Gil, encuentra la abismal sorpresa, que bien puede llamarse, el fondo del infierno,
donde conductores y pasajeros tiene que esperar hasta 3 horas para recorrer unos
2.5 kilómetros, desgastando máquina, contaminando el ambiente, gastando tiempo, asaltando la tranquilidad
ciudadana y dejando hasta personas al
borde de ser hospitalizados por enfermedades mentales.
Peaje de Pescadero Gráfica tomada viniendo de San Gil La fila de vehículos ocupa unas 8 cuadras Foto: Bersoahoy |
Muchos
viajeros en San Gil, optan por tomar vías alternas del centro de la población, para
poder obviar el prolongado paso por el
puente principal tradicional sobre el río Fonce, pero ese desvío por las calles
céntricas se ha convertido en otro
factor de contaminación y congestión sin solución.
El calvario de San Gil no es menos para quienes hacen el recorrido de Sur a Norte. Es decir, de Socorro hacia Bucaramanga.
Cuando unos integrantes de una familia ya sea en carro particular o servicio públicos inician el recorrido desde el área Metropolitana de la capital de Santander lo hacen con la mayor ilusión y felicidad, pero ese goce se acaba con el paso de los primeros obstáculos, cuadras delante de Piedecuesta y la amargura se acentúa a medida que llega al primer peaje, luego al segundo y posterior con el arribo a la llamada de la Perla del Fonce donde no se encuentra ese placer que reseña la canción al visitar el parque gallineral.
Foto: Vanguardia |
Esas ilusiones ya se han acabado y por ahora mientras los gobiernos no cumplan con la construcción de la variante por la parte alta de la ciudad, proyectada desde hace más de 20 años, para desviar el tránsito pesado, será mejor no volver en función de paseo porque esa triste realidad acaba por completo la ilusión de cualquier turista.
Por ahora
pretender viajar a San Gil, no significa descanso y distracción. Significa una
tortura infernal de los mil demonios, lejos de imaginar para cualquier persona.
Una cosa es escuchar o leer las quejas por esas situaciones, y otra vivir una
de las experiencias de tortura más degradantes para cualquier ser humano.
Foto: Foursqueare |
Y para amenizar
la crónica, nuestros lectores tienen aquí una estrofa de la canción: Si pasas
por San Gil… aclarando que del agradable contenido de esos versos, en la
realidad ya no hay ni el rastro…
Por las bravas tierras de Santander
Ahí tu paso al detener
Admirarás el Fonce en su raudo transcurrir
Y cruzarás por el puente que no olvido
Que conduce hacia el camino
Del parque Gallineral…
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