Formas ingeniosas de enfrentar
los desastres naturales: plantar árboles y cosechar la lluvia
Santiago, Chile, mayo 24 de
2019.– Pequeños cambios generan grandes resultados: un nuevo estudio de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
analizó buenas prácticas para enfrentar desastres naturales en Bolivia,
Colombia, Haití, Guyana y Jamaica, y siete otros países del mundo.
Cosecha de lluvias en Jamaica,
árboles como barreras ante los huracanes de Haití y el uso de corrales
mejorados para proteger a las alpacas del frío altiplánico, son algunas de las
prácticas incluidas en el libro Reducción del riesgo de desastres a nivel de
explotación: beneficios múltiples, sin arrepentimientos.
El estudio analizó más de 900
fincas en 10
países del mundo y demostró que –en
promedio– las prácticas mejoradas generaron beneficios 2,2 veces mayores que
las utilizadas anteriormente, incluyendo aumentos en la producción y una
reducción de los daños y pérdidas debido a desastres.
Se trata de soluciones que no
requieren inversiones sustanciales, por lo que están al alcance de los
agricultores de pequeña escala.
“El estudio no sólo demuestra
que la prevención es rentable, sino que también resalta el importante papel que
pueden desempeñar intervenciones de pequeña escala a nivel de las granjas para
aumentar la resiliencia de los medios de vida y promover el desarrollo
sostenible”, explicó Anna Ricoy, Coordinadora de Gestión de Riesgos de
Desastres de la FAO.
Bolivia: árboles para el ganado
El Chaco, en el sudeste de
Bolivia, es una zona de llanuras áridas donde el ganado debe enfrentar vientos
helados, súbitas inundaciones y prolongadas sequías que causaban la muerte de
los animales. ¿La solución? Árboles.
Con el apoyo de la FAO,
ganaderos de El Chaco introdujeron árboles en sus terrenos. Estos no sólo
proveyeron forraje para el ganado, sino que se convirtieron en una protección
natural contra los elementos, abonando el terreno con sus hojas y mejorando la
salud del suelo con sus raíces.
Estos sistemas silvopastoriles
produjeron un incremento de 109 % en el beneficio neto de las granjas que los
implementaron, en comparación a las que mantuvieron sus técnicas anteriores.
Además permiten capturar carbono y garantizar un mayor crecimiento del pasto
que requiere el ganado.
Jamaica: cosechar la lluvia
El sur de St. Elizabeth es un
municipio agrícola altamente productivo de Jamaica que sufre temporadas secas,
sequías prolongadas y altas temperaturas durante el verano.
La mayoría de sus agricultores
compran agua de riego, pero su disponibilidad es escasa durante la sequía. La
solución que estudió la FAO fue la introducción de un sistema de cosecha
(captación) de agua de lluvia.
El sistema consistió en
cuencas de captación ubicadas en los techos, un tanque de almacenamiento de
plástico de mil galones y un sistema de riego de goteo por gravedad.
Esta práctica fortaleció la
resiliencia de los agricultores frente a las sequías, permitiéndoles producir
cultivos durante la estación seca, prolongar el ciclo de cada cosecha y generar
ingresos adicionales. Ese sencillo cambio produjo un aumento de 131 % en el
valor neto de la producción de tomate, y un aumento de 29 % en la producción de
pimiento dulce.
Haití: arvejas frente a un huracán
Las arvejas son uno de los
cultivos de subsistencia más importantes en las comunas de Bainet y Grand
Goave, en Haití, ya que tienen dos temporadas de crecimiento por año. Pero
estos pequeños vegetales y los agricultores que los cultivan deben enfrentar
una amenaza significativa: los huracanes.
Una forma de mitigar su
impacto en los cultivos consiste en plantar barreras vivas: setos, árboles y
una variedad de pastos muy altos (hierba de elefante), que otorgan protección
natural y estabilizan el suelo.
En algunas fincas, estas
“barreras vivas” fueron combinadas con agricultura de conservación y técnicas
agroforestales para mejorar la calidad del suelo, reducir la pérdida de agua
por evapotranspiración y escorrentía, y mejorar la infiltración de agua.
La combinación de estas
técnicas permitió a los agricultores aumentar el valor neto de su producción en
110% durante años sin desastres naturales, pero también tuvieron efectos
–menores, pero significativos– en los años en que sí hubo huracanes: en las
fincas afectadas por el huracán Matthew (2016), los beneficios netos del
cultivo de arvejas fueron 52 % más altos que los de las parcelas que
mantuvieron prácticas utilizadas anteriormente por los agricultores.
Lea el informe
“Reducción del riesgo de
desastres a nivel de explotación: beneficios múltiples, sin arrepentimientos” http://www.fao.org/3/ca4429en/CA4429EN.pdf
Contacto de prensa: Benjamín
Labatut
Oficina Regional de la FAO
Ajuste de contenido y
diagramación: bersoahoy.co
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