Gustavo Petro |
Rodolfo Hernández |
En aras a mantener prendidas las alarmas, la ONG internacional Sinergia Animal ha elaborado una lista de los que considera serán los retos más urgentes para el futuro mandato en Colombia.
Mitigación del cambio
climático y deforestación
Si no se
detienen o reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), Colombia
podría perder hasta $4.54 billones de pesos anuales, de acuerdo con un estudio
del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam. La entidad
señaló: “el sector que más contribuye a este fenómeno es el de la ganadería,
agricultura y cambio del uso del suelo, al que corresponden un 59% de las
emisiones del país”.
Al respecto, Karen Reyes, vocera para
Colombia de Sinergia Animal indicó: “Cuando hablamos de cambio climático, los
gobiernos suelen incluir en sus agendas la transformación del sector minero
energético, y si bien estos esfuerzos son fundamentales, pero también es hora
de hablar del impacto de la ganadería y la agricultura animal”.
El factor más
predominante en términos de GEI para Colombia es la deforestación: los bosques
convertidos en pastizales son responsables del 62% de las emisiones, lo que
representa un incremento del 28% entre 2014 y 2018, siendo la Amazonía la
región más afectada por este fenómeno con 109.000 hectáreas de bosque
deforestadas, la cifra más alta registrada en 2020.
Prevención de
futuras pandemias y mayor seguridad alimentaria
La crisis que atravesó el país como consecuencia de la pandemia por Covid-19 ha sido una de las más difíciles de nuestra historia reciente. Actualmente, el 75% de todas las nuevas enfermedades infecciosas son zoonóticas, es decir que tienen su origen en los animales. Hay un aumento a nivel mundial de los patógenos emergentes que están vinculados con la salud de los ecosistemas y la forma en la que los animales son criados para la alimentación.
“Desafortunadamente,
Colombia ha apostado por los sistemas más industriales de producción. De
acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA),
estos sistemas reúnen los factores para la propagación de nuevas enfermedades y
pandemias, como la gran concentración de animales en espacios cerrados y una
baja diversidad genética entre ellos”, explica Reyes. “Sumado a los altos
índices de informalidad y prácticas de las más crueles, que suelen implicar un
intenso hacinamiento, los consumidores se exponen a riesgos importantes para la
salud. Por ejemplo, en granjas industriales, los animales reciben antibióticos
de manera indiscriminada, estén o no enfermos, y esto puede generar el
surgimiento de cepas bacterianas resistentes a los antibióticos que contaminen
nuestros alimentos y pueden matar personas”.
Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), las bacterias resistentes a los
antibióticos ya causan la muerte de 700 mil personas por año a nivel global y
se espera que, para 2050, 50 millones fallezcan debido a este problema de salud
pública si el uso indiscriminado de antibióticos en la medicina humana y el cuidado
veterinaria no es controlado de forma más eficaz.
En Colombia,
la inspección sanitaria es deficiente y puede dar lugar a la propagación de
enfermedades transmitidas por los alimentos. A la fecha, son muy pocas las
plantas de beneficio y desposte en Colombia que han obtenido la autorización
sanitaria requerida por el Invima: para el año 2018, solo el 14% cumplía con
las normas definitivas; mientras que en el mismo año, el Instituto Nacional de
Salud reportó un incremento del 43% en las infecciones por la carne de pollo,
res, cerdo y otros derivados cárnicos.
Un sistema
alimentario más saludable y sostenible
El 70% de los
adultos en Colombia no consume verduras diariamente, mientras que el 35% no
incluye frutas en su alimentación regular. De acuerdo con la OMS, la ingesta de
estos alimentos puede ayudar en la prevención de cardiopatías, obesidad,
diabetes y ciertos tipos de cáncer. En el país, las enfermedades del corazón
son la principal causa de muerte, mientras que el cáncer de colon y la diabetes
son enfermedades comunes con altas tasas de mortalidad.
“Ampliar nuestro sistema alimentario y hacerlo mayormente basado en plantas representa beneficios en todos los eslabones de la cadena. Los cambios en nuestra dieta son el pilar de una economía más verde que además garantiza mejores niveles de empleabilidad y justicia social”, concluye Reyes.
Fuente: prensa Mabel Rocio Castillo PinedaPrensa
Redes: @MabelPrensa
Ajuste de
contenido y diagramación: bersoahoy.co
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