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martes, 6 de octubre de 2015

Pedagogía para la Paz en el sexto capítulo de, Conversemos

La verdad llega al escenario nacional para cambiar el libreto y transformar la realidad
Por: Prensa de, Pedagogía para la paz
Bogotá, D.C., oct. /2015 (Informe Especial)-. Gracias a las conversaciones de La Habana, la verdad histórica ha sido llamada como protagonista principal al escenario de la historia colombiana y su rol obligará a un cambio drástico en el libreto.
Drástico porque su dramaturgia será la de un rompecabezas complejo y más grande que la realidad de las noticias, las representaciones de las telenovelas y seriados y los imaginarios aprendidos en el sistema educativo formal.  Y drástico también porque su narración requerirá un coro polifónico de voces,  muchos actores y actrices y elementos escénicos desconocidos.
Los conversadores
Tal es el colofón de la conversación entre Carolina Cuervo y sus colegas actores Nicolás Montero y Julio Corredor con María Alejandra Villamizar, directora del Grupo de Pedagogía para la Paz de la Presidencia de la República, en el sexto capítulo de Conversemos en Paz, serie de Canal Institucional que se emite los domingos a las ocho de la noche, con el auspicio de la Autoridad Nacional de Televisión (ANTV).
El cambio de libreto
En diversos modos, acentos y momentos, coinciden con el informe ‘Basta Ya’ del Centro de Memoria Histórica en que requerimos  relatos que tiendan lazos entre el pasado y el presente, ajenos a  la memoria oficial e  institucional del conflicto, para abrir reflexiones y debates sociales y políticos abiertos y para construir memoria con legitimidad social, en la medida en que incorpore explícitamente diferencias, contradictores y posturas y reconozca las responsabilidades de cada quién.
En general, el libreto ha sido muy restringido porque no muestra el país más grande y complejo, sino el de quienes se prestan a su manejo interesado, con visiones simples, ancladas a la exacerbación de las emociones e, incluso, con escenificaciones e imaginarios que no describen el núcleo de la realidad sino lo que se parece a ella o, peor aún, lo que la niega.
Coherencia entre libreto y realidad
La concepción escénica –con la verdad que ya no se asome por momentos sino que llega para quedarse– exigirá creatividad, imaginación, fantasía, ficciones y confianza en la libertad de pensamiento y en la creación propia.
Se requieren, dicen, para desaprender informaciones erróneas, establecer conexiones entre el pasado y el presente, derrumbar mitos sobre los nexos entre violencia y política, identificar a todos los villanos, acabar la asimetría de las responsabilidades o denunciar al Estado y a las élites gobernantes por resistirse a las reformas que hubiesen evitado el origen, expansión y degradación del conflicto armado.
Se requieren, agregan, para romper con la escisión entre lo que valoramos moralmente y lo que hacemos. Por ejemplo, no matar, no robar y no mentir.
La verdad para transformar
La verdad se ha asomado, en distintas épocas y coyunturas, gracias a la Academia y al periodismo, pero sin quedarse en el escenario como un eje rector en la vida de la Nación. Lograrlo será fruto de la conjunción de esfuerzos entre el Estado y la sociedad, con un rol destacado del sistema educativo formal.
La verdad requiere ser sabida, pero sobre todo contada por muchos porque, en ese ejercicio se genera la comprensión de la realidad y se esclarecen las decisiones que deben ser tomadas, en clave de futuro. No importa si llega por arriba, por abajo, por la derecha o por la izquierda del escenario. Mejor antes que tarde, pero cuando llegue, la verdad debe ser exhibida a todos.
En una ciudad como Berlín, por ejemplo, en muchas esquinas nos cuentan qué pasó y cómo pasó. Después de conocida la verdad, uno tiene la opción de actuar de una u otra manera y con cierto sentido. Solo entonces empiezan a aflorar y a consolidarse nuevas bases éticas de la sociedad.
Ahora bien. No basta oír, ver o conocer la verdad. Cuando uno se ve obligado a contarla llega a tal grado de comprensión de la verdad, que es inevitable que se transforme en posiciones éticas. El reto es armar, entre todos, el rompecabezas grande y complejo de la verdad. Entre todos porque es el único modo de resquebrajar el monopolio y transformarla en alimento múltiple y revitalizador de la sociedad.
La verdad polifónica
Para que sea de todos, la verdad debe ser contada por todos. En primer lugar por las víctimas que saben bien quiénes fueron, qué hicieron y  cómo lo hicieron y nos dan claves para entender cómo actuamos o dejamos de actuar. Ellas han preservado la verdad con estrategias de resiliencia y perdón y con perspectiva de futuro.
Es hora de que nuestros oídos empiecen a escuchar la verdad en boca de los victimarios y de que nuestras tripas se acostumbren a oírla, por horrible que nos parezca. No puede ocultarse que gracias a esa verdad hoy están en curso varios procesos judiciales y muchos pueden abrirse en el futuro –algo inimaginable hace apenas pocos años–.
Preguntas
¿Qué temple tenemos para que esa verdad nos transforme en la vida cotidiana y transforme las instituciones que se requieren para que fluya y se quede entre nosotros?
¿Cómo pueden ser incorporada la verdad histórica a la dramaturgia del conflicto, cómo va a cambiar la estructura de la historia nacional, con qué acentos, con cuántas voces y actores, con qué narrativas y libretos, con cuáles contextos y cuáles son sus lugares en el escenario?
¿Cuántas nuevas obras, además de las 1.300 que hoy están inventariadas, se requieren para que fluyan los relatos desconocidos, los que sirven para saber quiénes somos, cómo somos y por qué somos así?
¿Cuáles son las historias para desnudar nuestras posturas éticas ante la verdad, alejarnos  de lo obvio y exponerlas con humor a través del arte, la música y las prácticas deportivas que permiten transformaciones colectivas?
¿Cuál es la dramaturgia que puede situarnos en el futuro, con la misma emotividad y militancia con la que nos ponemos la camiseta de un equipo de fútbol de otro país, sin triunfalismos, ávidos de perdón y reconciliación y dispuestos a valorar los acuerdos porque reconocemos en ellos nuestro amor por la negociación y nuestro odio a la guerra?
¿Cuáles son y cómo son las puestas en escena que deja atrás la lógica de la guerra e instala la lógica de la negociación permanente a todos nuestros conflictos?
¿Cuál es el libreto que transforma las marchas del odio en cambios del modelo económico y de las instituciones que muy rara vez representan los intereses del ciudadano del común?
Medios de creación y cambio de chip
Quizá estamos en la antesala de un estado de transición en el que la gran utopía de los siglos XIX y XX, el acceso a los medios de producción, ceda el lugar que se merece el acceso a los medios de creación, a través de los cuales más seres humanos relatemos las cosas que nos pasan. ¡Que el Estado lo entienda y se lo tome en serio!
Es falso que hayamos contado demasiadas historias de narcos y violencias. Nadie ha hecho la gran historia. Ni siquiera hemos empezado a contar bien la historia de las víctimas. Como sociedad tenemos el reto de estimular la eclosión de historias que están escondidas. Lo importante es que cada quien las cuente porque con todas ellas se puede construir una masa crítica, con piezas narrativas que dejen de meter pedacitos de la realidad para que se parezca a la realidad.
Demandamos piezas que metan el dedo en la llaga y estimulen la creación y la crítica, sin que a sus autores los maten. Sin restricciones a los creadores y con metodologías como a las que quizá ha apelado Doris Salcedo para crear testimonios sobre procesos de violencia, pero en todo caso, que involucren la emoción como un factor clave en la comprensión de la realidad y la relación con la historia.
El arte no tiene en sí mismo un rol pedagógico. Sin embargo, los artistas tienen el deber de explorar la condición humana y de explorarla bien, poniendo toda su capacidad para exhibirla realidad con un punto de vista y desde una postura ética, pues de ahí emana el poder transformador del arte.
Adjunto el link del sexto capítulo del programa, “Conversemos en Paz”.
Fuente: Yenny Consuelo Arévalo Hernández
Dirección para la Estrategia de Comunicaciones
Tel: (571) 5629300, Ext. 2791 - 3528
Carrera 8 No 7 - 26, Bogotá D.C., Colombia.

domingo, 5 de julio de 2015

"Por bien o por mal, el proceso de paz se está acabando…”Humberto de la Calle, negociador del gobierno

-“Es posible que un día de estos las FARC no nos encuentren en la mesa de La Habana”. De la Calle revela que, antes de firmar un acuerdo de paz, el Gobierno podría aceptar un cese bilateral del fuego, “si es serio, definitivo y verificable”. “El proceso está en su peor momento desde que empezamos”. El Papa Francisco podría participar en la Comisión de la Verdad”. “La paciencia de los colombianos se está agotando”.
Por Juan Gossaín
 Bogotá, 5 jul, (SIG).
Ha llegado la hora de hacerle un balance sincero a las negociaciones de paz entre el Gobierno y las FARC.
Humberto de la Calle
Desde septiembre del 2012, cuando se iniciaron las conversaciones, el país ha ido pasando de la ilusión al desencanto y de la esperanza a la frustración. Se ha vuelto tan grande esa desconfianza que en este momento, según la última encuesta, menos de la mitad de los colombianos respalda una solución negociada del conflicto. En cambio, más de la mitad prefiere una solución militar.
No nos engañemos: en los últimos años ha habido tantos diálogos fallidos, y tantos sueños perdidos, que la gente se ha vuelto desconfiada. La han vuelto, mejor dicho. Es por eso que le propongo al jefe negociador, Humberto de la Calle, que nos sentemos a conversar francamente. Con crudeza, si fuese necesario.
El país está exigiendo que le cuenten la verdad. Yo sé que con De la Calle eso es posible porque lo conozco bien desde que trabajamos juntos en la radio. Es el mismo hombre que hace veinte años renunció sin titubeos a la vice-presidencia de la República, por razones de integridad y de honor. De la Calle contesta que sí, a pesar de su carácter refractario a las entrevistas, pero me pone una condición: que yo le ceda nuestra charla a todos los periódicos que quieran publicarla, grandes o pequeños, y que se comprometan a hacerlo de manera simultánea, el mismo día, juntos, sin excluir a nadie.
No tuve que pensarlo mucho: acepté, también de buena gana, porque me parece que es un pequeño ejemplo de desprendimiento, de solidaridad y unión, que los periodistas podemos ofrecerle al país en estos momentos tan cruciales. Al fin y al cabo, ninguna primicia es más importante que la paz de Colombia.
“Esto se está acabando”
--Llevamos casi tres años en estas negociaciones –le pregunto--. ¿Cuánto más va a durar?
--Poco –responde sin vacilar--. No soy capaz de darle un plazo porque esa es la pregunta del millón de dólares, pero sí me parece claro que el proceso está llegando a su fin, por bien o por mal. Sea porque logremos un acuerdo, ya que estamos trabajando en la recta final de los temas de fondo. O por mal, si, como está ocurriendo, la paciencia de los colombianos se agota. El riesgo es real. Yo sí quiero decirles a las FARC con toda seriedad: “Esto se puede acabar. Algún día es probable que no nos encuentren en la mesa de La Habana”.
Realmente lo que está ocurriendo es insoportable para los colombianos.
--La cruda verdad es que los colombianos no creen en el proceso de paz. Las encuestas acaban de revelar que lo respalda menos de la mitad del país. ¿A qué atribuye usted ese sentimiento?
--Es completamente lógico. Es producto de lo que ha ocurrido en los últimos días. A partir de la muerte de los soldados en el Cauca viene una oleada de destrucción de la infraestructura nacional, con impactos terribles sobre la población civil. Una ciudad como Tumaco, de 160 mil habitantes, se queda 45días sin acueducto. Todos los caños del suroccidente del país inundados de petróleo con un daño ecológico cuya recuperación tardará décadas. Los campesinos y pescadores del Pacífico no pueden trabajar. Lo que tenemos, en fin, es una oleada que afecta a los ciudadanos.
El peor momento
--La pregunta más elemental que se hace la gente es esta: si las negociaciones van bien, ¿por qué las FARC no dan muestras de buena voluntad?
--Las FARC están equivocadas contra toda lógica y evidencia. El problema de las FARC no es con el Ejército, ni con los derechistas, ni con los que ellos llaman “la oligarquía”. Es con la gente, porque es a la gente a quien están afectando. Es lógico que la gente haya caído al nivel más bajo del escepticismo. Por eso cunde la desesperanza. Y nosotros tenemos que tener la honestidad de decirles a los colombianos que el proceso de paz está en el peor momento desde que iniciamos las conversaciones.
--¿Y usted espera que las FARC cambien de actitud?
--Yo espero que sí, aunque haya voces internas de las FARC como la de un señor Aldecoa, quien dice que seguirán los atentados. Eso realmente es una locura. El camino que han escogido las FARC es insostenible para ellos. Yo confío en que seamos capaces de recuperar la serenidad. Este noes momento de retórica sino de las decisiones de fondo. El caucho de las palabras ya no estira más. Nosotros seguimos buscando un acuerdo a través de la esperanza. Las FARC tienen que entender eso. ¿Usted cree que si esto fracasa va a haber otro gobierno que reemprenda conversaciones con ese grupo? A las FARC también se les agota su tiempo militar y su tiempo histórico.
Así sería el sistema de justicia
--¿Por qué está estancado el tema de la justicia que se aplicaría a las FARC?
--Porque ahora no es lo mismo que en las negociaciones que se hacían antes. Ahora existen el Tribunal de Roma y la Corte Interamericana, la legislación interna también ha cambiado, hay fallos de nuestra Corte Constitucional según los cuales no se puede suspender la totalidad de las penas. Pero, además, el país exige justicia sin amnistías generales. Eso no lo vamos a hacer. Y están las víctimas, que merecen justicia. Por eso es el territorio más difícil de la negociación. Las FARC tienen que asumir las responsabilidades de sus actos. El Estado también, naturalmente.
--Explíqueme, en términos elementales, qué es la justicia transicional que ustedes le plantearon a las FARC.
--Lo que hemos dicho en la mesa es lo siguiente: a partir del marco jurídico para la paz, existe la posibilidad de seleccionar, en primer lugar, los hechos más graves, para que sirvan como patrón o referencia: una masacre, secuestros, violencia sexual. Una comisión independiente hace esa selección que le sería entregada a la Fiscalía para que escoja quiénes fueron los que cometieron esos delitos que tienen carácter internacional. Lo que se busca es limitar la acción penal a ese tipo de delitos y a sus máximos responsables. A ellos se les aplicaría la misma pena que dictan las leyes vigentes, pero que  podría reducirse a una pena alternativa que se pague en condiciones de dignidad, sin rejas ni piyamas rayadas. Pero hay que asumir las consecuencias judiciales de los actos, reparar a las víctimas y dar garantías de no repetición. Eso es lo que hemos llamado “justicia transicional” que ya las FARC, en un paso que les reconozco, han dicho que están dispuestos a aceptar un sistema de justicia que tenga esos componentesLa propuesta de Uribe y la extradición
--Sobre ese tema, el expresidente Uribe Vélez ha planteado unas “zonas rurales de concentración” para recluir guerrilleros condenados, sin que entreguen sus armas. ¿Usted considera viable esa propuesta?
--Me parece sumamente constructiva. Y creo que el ex presidente Uribe tiene razón. Se puede discutir si es oportuna, pero la idea que uno tiene para acabar el conflicto es que síes necesario y realista promover esas zonas de concentración, que pueden ser para gente temporalmente armada que se someta a un proceso de dejación de armas, que es una condición esencial para que haya acuerdo y se reincorporen a la vida civil.
--¿El Gobierno puede garantizarles a las FARC que no serán extraditados si un juez de Estados Unidos los pide, por ejemplo, por narcotráfico?
--En Colombia quien finalmente decide sobre extradiciones es el jefe del Estado. Tenemos que crear un marco, derivado del un acuerdo de paz, que les demuestre a los demás países que se trata de un acuerdo serio y respetable, legítimo, para que respeten lo acordado y no entren en controversia con el país. Que, por el contrario, haya un apoyo internacional a una paz duradera en Colombia, y que eso haga innecesarias las extradiciones. Eso es posible lograrlo porque, aunque parezca una paradoja, el proceso ha encontrado más apoyo afuera que aquí adentro. También es verdad que aquí es donde sufrimos las consecuencias ¿Cese bilateral del fuego?
Humberto de la Calle
--¿Ese tema de la justicia y las penas es lo que tiene bloqueado el proceso?
--Solo en buena parte. También hay una presión de las FARC para buscar un cese bilateral del fuego. Esa es su prioridad. Nosotros hemos dicho: cese del fuego bilateral y definitivo, pero no solo del fuego sino también de las hostilidades, la extorsión el narcotráfico. Eso sí: en condiciones de seriedad y de verificación. Mi respuesta a las FARC es: si lo que están buscando con estos atentados es un cese del fuego mal hecho –como en el juego infantil llamado “estatua”, en que el otro tiene que quedarse quieto--, no lo vamos a hacer. No habrá cese del fuego estatua. Entre otras cosas porque aquí hay otras fuentes de violencia, distintas a las FARC, y no podemos decirle a la fuerza pública que se esté quieta. Si quieren un cese del fuego, el Gobierno está dispuesto a anticiparlo,  para lo cual son fundamentales las zonas de concentración. Ese es el camino.
--¿Pero, entonces, el Gobierno está dispuesto a aceptar un cese bilateral del fuego antes de firmar el acuerdo de paz?
--Esa pregunta nos lleva a un punto crítico y esencial. Al principio la posición del Gobierno era que el cese  del fuego solo ocurriría con el acuerdo. En ese punto hemos cambiado. Estamos dispuestos a aceptar un cese del fuego, aún antes de la firma de un acuerdo, en la medida en que sea serio, bilateral, definitivo y verificable, siempre y cuando tengamos la garantía de que ellos asumen su responsabilidad en materia judicial y verificación nacional e internacional. Que no conviertan esto en una especie de payasada. Las experiencias del pasado, en esa materia, son pésimas.
--¿No es una exageración que el presidente Santos haya ido a Europa a decir, textualmente, que “en Colombia el postconflicto prácticamente ya empezó”? ¿Postconflicto con esto que está pasando?
Postconflicto y respuesta al Procurador
--Eso quiere decir varias cosas. Primero, que hay zonas de verdadera paz en Colombia. Segundo, y aunque haya gente que no lo cree, todas las cifras de seguridad han mejorado en Colombia. La reducción del homicidio este año es histórica: 443 muertes menos que el año pasado. O sea que estamos en una tasa del 26 por ciento por cada cien mil habitantes, lo cual no es una maravilla, ni este es el paraíso, pero el descenso es dramático. Hay 470 municipios donde no se han presentado homicidios este año. En este momento tenemos la tasa de secuestros más baja delos últimos catorce años, ya que de 3.706 secuestros hemos llegado a 88. No es que yo diga que tenemos que aplaudir, pero la situación es muy distinta. Es a eso a lo que se estaba refiriendo el presidente.
--Hablemos de la Comisión de la Verdad. El procurador Ordóñez ha dicho que fue hecha “a la medida de las FARC” y que, en consecuencia, no será una comisión que trabaje con la verdad de las víctimas sino de los victimarios.
--Si queremos dar el paso a una paz duradera, la verdad es un ingrediente necesario, como la justicia y la reparación. Es con todas las realidades, las macabras acciones delas FARC pero también las de otros agentes, incluso del Estado, hay que reconocerlo. En el mundo de hoy no es posible hacer una paz sin la verdad. Porque el centro de esto, y el ancla, son las víctimas. En 1991 intentamos hacerlo sin que aparecieran las víctimas, y ahora estamos pagando ese error. La gente humilde me agarra del brazo, angustiada, y me dice: “Doctor, ¿qué pasó con mi hijo o con mi padre?”. Y me dicen que, más que reparaciones económicas, lo que quieren es saber la verdad.
El Papa y la verdad
--¿Y cómo se escogerían esos comisionados?
--Primero se crea un grupo de seleccionadores, de los cuales seis serán convenidos por las partes.(Eso es lo que irrita a algunos). Y luego tres seleccionadores más, escogidos por instituciones o personas de reputación internacional, como el Papa o las Naciones Unidas. Estamos hablando de gente de ese tamaño. Entre todos ellos, escogerán a nueve comisionados integérrimos, independientes y honestos que juzguen todas las verdades. Lo que no funciona, precisamente, es que haya verdad oficial. A eso nos oponemos. Comprendo que, mientras en el exterior aplauden ese proyecto, aquí haya personas que creen que eso es una trampa y que no va a funcionar.
--A propósito de víctimas y reparaciones: se han entablado hasta ahora más de 22 mil demandas por despojo de tierras. ¿Usted cree que sí habrá una auténtica restitución?
--Creo que sí. Ya se habla de 22 mil hectáreas que están a punto de ser recuperadas en los Llanos Orientales. Parece una paradoja, pero, hablando con el director del Incoder, me decía que a veces lo que impide la reparación es el propio conflicto. Hay zonas donde no pueden entrar ni los jueces ni nadie. Si hay un final del conflicto, lo primero que se acelera  es la estabilización del campo. Tenemos que restablecer las zonas rurales. El jovencito que mata a alguien en la ciudad, para robarse un celular, puede ser el hijo de un desplazado. Por eso el eslabón de la cadena de violencia comienza allá pero termina afectando a todos los colombianos.
“El estado ya ganó la guerra estratégica”
--Militarmente hablando, ¿en qué situación están las FARC?
--El predominio militar del Estado es indiscutible. En estas encuestas recientes veo que el respaldo a la opción militar vuelve a subir. Eso debería preocupar a las FARC porque no había ocurrido así en los últimos quince años. Pero eso es desconocer que la guerra estratégica ya terminó y que el Estado la ganó. Lo que queda es una resaca táctica que puede durar mucho tiempo y ser muy dolorosa. Ponerle una bomba al oleoducto es muy simple. Eso afecta a los civiles, pero no tiene ningún efecto militar.
--Y, entonces, ¿por qué las FARC siguen en esas?
--Porque, a pesar de esa realidad, las FARC llegan a la mesa casi con la obligación de decir “no hemos sido derrotados”. Las FARC están luchando ahora con su propia identidad como grupo, con su futuro, con la historia, “cómo nos van a ver dentro de cien años”. Perdieron la guerra, pero  insisten en su condición de rebeldes porque dicen que no pueden echar por la borda cincuenta años de lucha.
Las FARC como partido político
--¿Cómo serían las FARC sin armas?
--Ahí sí, desarmados, que sigan dándole manivela a su ideología. A nosotros no nos asusta eso. Que entren, con garantías, a hacer política en medio del respeto de los colombianos y de ellos hacia los colombianos.
--¿Unas curules para las FARC en el Congreso, sin necesidad de que participen en elecciones?
--Yo sé que los ciudadanos piensan eso. Yo tengo que ser totalmente honesto y decirles, así me lluevan tomates, que en una primera etapa, netamente transitoria, el Estado y el país tienen que abrir la mente a la participación de las FARC como partido político desarmado. Tienen que abrirse dignamente las puertas políticas para las FARC. Más allá de si hay curules o no --porque eso habrá que discutirlo--,creo que los colombianos tenemos que prepararnos para obrar con generosidad en ese momento. Las FARC han sido el elemento más conservador de la vida política colombiana. Cincuenta años de violencia disolvieron prácticamente el movimiento sindical y el estudiantil.
Epílogo
Todavía faltan muchos temas, pero el tiempo es limitado. El espacio de los periódicos también. A la hora de despedirnos siento la tentación de plantearle  algunos temas humanos relacionados con su propia vida. ¿Por qué se metió en este berenjenal de dirigir la mesa de negociaciones?
Me dice que, cuando el presidente Santos se lo propuso “ni siquiera lo pensé, que es lo que siempre dice la gente: déjeme pensarlo. Esos obligaciones no se piensan. Le dije que sí, y la que quedó perpleja fue mi familia, cuando les conté”.
Le pido que me diga de dónde piensan sacar plata para financiar el postconflicto si el dólar está a2.600 pesos y el barril de petróleo apenas a 60 dólares. Entonces me contesta con una ironía profunda, los famosos sarcasmos de De la Calle: “Por eso es quelas FARC tenían que haber firmado el acuerdo de paz hace dos o tres años, cuando el petróleo estaba a 110 dólares”.
¿Tiene ambiciones políticas para el futuro? ¿Cuál será ese futuro? Hace un gesto de desencanto. “Quedé curado de política hace veinte años, cuando pasó lo que pasó y renuncié a la vice-presidencia. Solo tengo una ambición para el futuro: vivir mis últimos años en paz. Literalmente hablando”.  

domingo, 29 de diciembre de 2013

Desmovilizado: Ejemplo de vida, paz y de reconciliación

Raúl* dejó las armas, para forjar Paz y Reconciliación con diseños en ornamentación
Bucaramanga, viernes 27 de diciembre de 2013.
Mientras hacía parte de un grupo armado ilegal, Raúl*, perdió un brazo y parte de su visión; ahora, es una persona en Proceso de Reintegración, tiene su propio taller de ornamentación en el que genera cinco oportunidades de empleo.
Hace cinco años, Raúl* decidió desmovilizarse e ingresar al Proceso de Reintegración que coordina en Colombia, la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR). Él, es una persona en situación de discapacidad, perdió un brazo y parte de su visión durante su recorrido por un grupo armado ilegal, situación que no es impedimento para trabajar en su taller de ornamentación, con el que hace poco cumplió tres años, “la discapacidad no es un impedimento para mí, para salir adelante; de manera normal trabajo, lo que hace que las personas se queden admiradas porque no son capaces de hacer lo que hago yo; lo que he conseguido con la práctica y a nivel psicológico”.
Por las circunstancias de la guerra, Raúl*, tuvo que dejar de estudiar cuando era niño, haciendo que se trasladara a la ciudad. A los 15 años, comenzó a trabajar en un parqueadero, luego en un montallantas durante tres años, “lo más difícil fue llegar a la ciudad a trabajar porque toda la vida fui del campo. Luego me golpeó más duro la guerra, al ingresar al grupo e intentar salirme” expresó.
Al entrar al grupo ilegal, “llevaba mi vista, mis brazos y piernas en estado normal, allá tuve el accidente. En una zona boscosa en el campo, yo estaba con otro compañero llevando un mercado, y en la zona, otros muchachos habían enterrado unas minas; sin saberlo, nosotros caminamos y pisamos unos artefactos de esos, produciendo el estallido. Mi compañero murió y yo no, pero perdí un brazo y parte de mi visión, fue un milagro que sobreviviera”.
“Trabajar por mi comunidad me hizo sentir bien”
En 2009 se desmovilizó, desde ahí comenzó su Proceso de Reintegración “he sentido el apoyo de la gente, tengo mi propio negocio y me gusta lo que hago hoy día; donde estoy localizado nadie me distingue, la mayoría de las personas no saben que hago parte del Proceso de Reintegración, aunque en mi misma comunidad realicé un servicio social arreglando áreas verdes y una canal para el desagüe de las aguas lluvias; trabajar por mi comunidad me hizo sentir bien, porque se han convertido en amigos y familia. Además me he dado a estimar por la comunidad, lo bonito es que todos lo conocen a uno, por lo que uno hace al servicio de la comunidad, es gratificante”, afirmó.
En el taller de ornamentación, Raúl* fabrica rejas, ventanas y otras estructuras metálicas, generando cinco empleos directos; además de trabajar en distintas zonas del oriente del país, como Barrancabermeja, San Gil, Socorro, el Área Metropolitana y Bucaramanga, incluyendo Cúcuta.
Al iniciar su negocio tuvo el apoyo de una persona con conocimientos en ornamentación, “ese señor me enseñó y todavía es mi amigo, intercambiamos negocios y experiencias, también nos aconsejamos los trabajos; es una persona muy importante porque me ayudó con mi profesión actual, dado a que trabajé con él durante cinco años convirtiéndose en la mejor escuela y el mejor apoyo para mi vida”.
Ante la posibilidad de aconsejar a las personas que ingresan al Proceso de Reintegración, Raúl comentó: “es importante que aprovechen de ahora en adelante el diario vivir, sean personas que ojalá más adelante sean reconocidas; dándole la cara al mundo, sin ningún problema ni pena de lo que uno fue. Además de saber a quién llegarle, humildemente”.
*Nombre cambiado por protección de la fuente.
Persona desmovilizada en Proceso de Reintegración forja diseños por la Paz y la Reconciliación. 
Fotos: ACR l Comunicaciones. 

lunes, 10 de septiembre de 2012

Marcado por una compleja situación social y económica

Más espacios para los jóvenes, así construimos la paz
Por: Observatorio de medios de comunicación
En tan sólo una semana, 1 muerto y seis heridos es el balance desolador, solamente en el barrio Albania de Bucaramanga. Este es uno de los nueve barrios que componen la Comuna 14, un sector marcado por una compleja situación social y económica, y un profundo abandono del Estado Colombiano.
El diagnóstico de la propia alcaldía municipal da cuenta de que sólo en la comuna 14 tienen presencia hasta 12 pandillas o combos, principalmente constituidos por jóvenes. Pero la situación va mucho más allá de una simple cuestión de muchachos malos por naturaleza. Por el contrario, mujeres y jóvenes son los grupos poblacionales más duramente golpeados por los efectos de la guerra silenciosa. Según cifras de Medicina Legal en 2011 en el Área Metropolitana de Bucaramanga hubo 462 personas muertas (165 homicidios) y 10.743 con lesiones; la gran mayoría no sobrepasaban los 24 años; además de los accidentes de tránsito, el homicidio y el maltrato infantil registran cifras alarmantes para este año. En el informe 2011 de la seccional nor-oriente del Instituto de Medicina Legal se advierte que de los 228 homicidos de mujeres ocurridos en el departamento en ese año, 31,3% ocurrieron en Bucaramanga.
Resulta alarmante la cadena de hechos amenazantes que han venido desarrollándose en el Área Metropolitana, aquí un resumen de los principales hechos:
El 14 de Julio aparecen panfletos amenazantes contra la comunidad del Asentamiento Humano "Club Chimitá" ubicado en zona sub-urbana del municipio de Girón. Este sector está poblado de familias desplazadas por la violencia y damnificados por las pasadas olas invernales. El panfleto habla de una "limpieza social" en el sector, amenaza especialmente a jóvenes, a quienes sindican de ser drogadictos, ladrones, extorsionistas, jibaros, trabajadoras sexuales, y da un plazo de 72 horas a esta comunidad para abandonar la zona.
El 20 de Julio fue encontrado el cuerpo de Juan David Moreno Rúgeles, de 23 años, en una bolsa, con un panfleto que decía "nueva ley por ladrón, justicia", presentaba un fuerte golpe en la cabeza que se presume fue ocasionado con un objeto contundente, y varias heridas, al parecer, producidas con perdigones.
El 21 de Julio encapuchados asesinaron a tiros a Deiby Andrés Gómez Gómez en la carrera 38A BIS con 20 del barrio Café Madrid, en los mismos hechos fue herido otro joven de 20 años.
El 24 de Agosto desconocidos repartieron un panfleto en el barrio Gonzalez Chaparro de Floridablanca en el que se encontraba una lista de 15 personas y varias frases que los señalaban de ser ‘viciosos, ladrones y prostitutas’, a la vez de que amenazaban con matarlos si no salían del barrio en 72 horas.
El 28 de Agosto aparecen en sectores de la comunas 10 y 11 de Bucaramanga panfletos firmados por un grupo denominado "ELIS" (Escuadron de Limpieza Social) amenazando a habitantes de la calle, consumidores de drogas, señalando principalmente a los jóvenes como los responsables de la delincuencia; exigen a los padres que no dejen salir a sus hijos a las calles en la noche usando frases como "los niños buenos se acuestan temprano, los malos se mueren", y prometen el inicio de una campaña de exterminio.
      "Una de las masacres más recordadas en Bucaramanga, cometida por la ‘mano negra’ o mal llamada ‘limpieza social’, ocurrió el 31 de octubre de 1990, en el restaurante La Brasa, ubicado en la carrera 15 con calle 31. Al lugar llegaron hombres con la cabeza cubierta por medias veladas y asesinaron a sangre fría a 16 personas, entre las que se encontraban prostitutas, travestis, homosexuales, niños y transeúntes."
El tamaño de la guerra que se libra en la ciudad se acrecienta, mientras entre enero y septiembre de 2011 fueron asesinados 37 miembros de bandas criminales (según la Corporación Arco Iris) en 2012 en el Área Metropolitana de Bucaramanga 21 menores de edad fueron asesinados y otros 362 sufrían algún tipo de maltrato. Para algunos la vinculación de los jovenes en la violencia ha llevado a considerar el uso extremo de la fuerza para controlar el aumento de la misma, y por tanto, la participación de los jovenen en ella. Al respecto, en los últimos meses se ha visto acentuado a fondo la represión la Ley y la Constitución Colombiana (en video fue registrado los hechos http://www.youtube.com/watch?v=dZP8kkySpXM&feature=player_embedded). De igual forma, el colectivo de objetoras y objetores denuncia que: el 8 de marzo en una acción del Ejército a cargo del Teniente Aceros, quien se movilizaba en el camión de placas XZI-131 de San Andrés, detuvieron a varios jóvenes, les retuvieron sus documentos, los obligaron a subirse al camión, uno de los jóvenes que opuso resistencia fue víctima de choques eléctricos aplicados por el conductor del camión.
Jóvenes practicantes de deportes extremos realizaron un plantón en la Plaza Luis Carlos Galán el pasado 15 de mayo para exigir la dignificación del nombre del Skater Dany Alberto Ramirez, asesinado el 14 de mayo en el Parque de Deportes Extremos, sitio que hoy se encuentra en el abandono, los jovenes le expresaron a la sociedad que no quieren que los sigan persiguiendo y asesinando. De las misma forma, el 20 de mayo se realizó el Primer Toque Antimili, grupos juveniles acompañaron el evento, el balance presentado por Miguel Portilla, miembro de Jóvenes en Movimiento, organizadores del evento, dice: "puñaladas registradas, 0; asesinatos registrados, 0; robos registrados, 0; heridos registrados, 0; jóvenes disfrutando del evento, más de 200; un balance positivo que demuestra que la juventud no es el problema y que vale la pena continuar abriendo los espacios en la ciudad."
En los últimos días el Secretario del Interior del Departamento de Santander, Carlos Ibáñez Muñoz, ha manifestado que el ejército apoyaría las labores de seguridad de la policía en los municipios del Departamento, "especialmente en Bucaramanga y su Área Metropolitana", se espera que estas labores conjuntan no acrecienten la violencia ni los hostigamientos de la fuerza publica.
La complejidad de la situación resulta en definitiva alarmante, pues no se trata de un asunto menor, sino por el contreario de la vida y la tranquilidad de la sociedad. En declaraciones al respecto el presidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica expreso; "Parecería que en este tiempo tan especial, donde estamos un poco más ricos, estamos llenos de ‘chiches’ nuevos, de buenas comunicaciones, de autitos y motitos, tal vez por tanta abundancia en lo cotidiano y material, terminamos olvidando que el valor central es la defensa de la vida”. Ninguna de las respuestas puede ser la muerte, pues se trata en el fondo de la defensa de la vida para la construcción de la Paz, una Paz desde todos y para todos.
TEXTO: OBSERVATORIO DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN

sábado, 1 de octubre de 2011

Huellas legislativas por la paz en Colombia


14 años estudiando y aprobando leyes de reconciliación
¿Ha sido un fracaso por no reconocer el conflicto?

Por: Bernardo Socha Acosta

La realización de un seminario taller en Bucaramanga, bajo los auspicios de la  Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación –CNRR-  en asocio con la Organización de Estados Americanos  Misión de Apoyo al proceso de Paz en Colombia, me trajo a la memoria varias conclusiones.

Una de ellas como razonable y lógica, es que los gobiernos y el Congreso de la república le han dedicado considerable tiempo a buscar el entendimiento entre los colombianos, seguramente dejando al margen algunos factores sociales que han impedido que la abundante legislación, (unas 7 leyes) solo deje huellas históricas de un camino que trata de buscar la paz infructuosamente. ¿Será entonces que pretender esconder la realidad nacional, no reconociendo el conflicto armado, le haya costado al país que solo queden huellas de las buenas intenciones?

Estudiando someramente   algunas de las Leyes, puede percatarse cualquier analista, que las normas solo han despertado grandes ilusiones, cada vez que se han puesto en vigencia, pero no se ha concluido en nada.   

Taller realizado en la Unab
A este taller fuimos convocados los periodistas de Bucaramanga y Santander por una razón fundamental: la nueva Ley de VICTIMAS. Y  se trataba de  unificar unas bases que nos permitiera informar con mayor precisión y objetividad acerca de la evolución  de la norma (Ley 1448 del 10 Junio de 2011) pero de paso se hizo una rápida ojeada de algunas de las leyes en mención, comenzando  con la Ley 418 de 1997, relacionada con la consagración de unos instrumentos para la búsqueda de la convivencia y la eficacia de la justicia.  Con esa ley  de 1997,  los gobiernos y el Congreso de la república abrieron caminos para comenzar a explorar mecanismos de paz entre los colombianos.

En el intermedio de estas dos leyes, es decir entre 1997 y 2011,  14 años, los colombianos hemos sido testigos  de las expectativas que han generado  otras leyes como   la del siguiente año (1998) cuando se emitió  la 434 que tiene como fundamento crear el Consejo Nacional de Paz,.. Toda la crónica aquí

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