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Las colas para buscar renovar el pase. Foto: Colprensa |
Buscando visa para un pase
Por: Colprensa –Yahoo
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"La Ley eliminó de una
sola vez 400 trámites", dijo el presidente Juan Manuel Santos el 18 de
enero pasado al hacer un balance de la Ley Antitrámites. "Eso representa
el 40% de trámites del país", agregó en un tono tan optimista que alcanzó
a calar en la fe de unos, otros no le creyeron. ¿Optimistas unos? ¿Pesimistas
bien informados los otros?
Hace un par de semanas Aida
Lucy Ospina, directora de Tránsito y Transporte, anunció la hora cero para
arrancar con las multas por pases vencidos (15 de julio), ultimátum que
reversó, y se estableció que por tres meses las sanciones no serán económicas
sino pedagógicas. ¿Desorden? improvisación? A pesar de que el cambio debía ser
gratuito, se anunció un costo de $135 mil.
Las licencias particulares
tiene validez hasta 2022, las públicas vencen cada tres años. Nunca había
reparado en la categoría de mi licencia: "Motocarros, automóviles
camperos, camionetas y micro buses de servicio público", señala el numeral
cuatro, "vence en agosto de 2003", lo que me convierte en uno de los
2 millones de conductores obligados a renovarla. Nunca he conducido transporte
público, nada que hacer...
-10 de julio. 9:50 am, martes.
Teléfonos que no contestan,
números equivocados y costos que oscilan entre 50 mil y 160 mil pesos hicieron
parte de las consultas y sondeos realizados en buena parte del medio centenar
de Centros de Reconocimiento al Conductor (CRC) ubicados en Bogotá para
realizar los exámenes médicos; primer paso para obtener la licencia. Ni el
Ministerio de Transporte, ni la dirección del ramo, ni mucho menos la
Superintendencia de Puertos pensaron en un techo para esos costos: libertad NO
vigilada. Damnificado: yo, y miles más en todo el país.
AL MAL PASO DARLE PRISA...
- 15 de julio. 7:00 am, lunes.
Ahí están las filas en los
CRC. Cinco conductores habían madrugado más que yo. Con lo que no contaba era
que ellos tenían cita previa, varios desde hace una semana. El viaje no fue en
vano, conseguí el primer turno en la lista para 8 días después.
Misión cumplida, aunque con
algunos cambios. Los $50 mil anunciados como costo telefónicamente, se
convirtieron en "80 mil pesos señor", como dijo una de las
dependientes a la hora de "planillarme". "Lo escribo, ¿o
no?", dijo ante mis dudas.
- 23 de julio. 6:30 am,
martes.
El día D llegó. La atención
inició a las 7:30 am. Un aviso en la ventana del CRC informaba que el costo del
examen médico era de 100 mil pesos. El signo pesos estaba dibujado dentro de
una bolsa de dinero como caricatura, no me hizo nada de gracia, se asemejaba a
un tamal. 8 días de espera, y con el calendario corriendo en mi contra, y un
permiso laboral encima?, ni modo, son solo $20 mil.
Un plasma de 42 pulgadas, con
una pésima señal, y en él uno de los acostumbrados programas de variedades de
los canales privados era la única distracción para quienes en un salón mediano
aguardábamos ser llamados a los "consultorios", numerados del 1 al 4.
"Buenos días, yo soy
'Pepito Pérez' (o si se quiere Pachito El Che)" dijo con voz ronca un
hombre moreno de mediana estatura quien se identificó como el gerente de ese
CRC, la pinta no le alcanzaba para ello. Por tres minutos y en voz alta se
dirigió a todos. Las instrucciones fueron claras, "si están de acuerdo
diligencien el formulario; sino, no hay problema, pueden irse", dijo con
"cordialidad" improvisada, y como para dejar las cosas nítidas
añadió: "Hay quienes están desde ayer, no se trata de familiares míos?,
sucede que el sistema del Runt se cae mucho". Hasta ahí llegó el ánimo y
la idea de salir antes de las 9:00 am.
Escucho mi nombre "? al
consultorio 4", el optimismo vuelve a nacer, me siento privilegiado. Los
demás me miran como diciendo "¡uyyy, tan de buenas!".
En una habitación oscura
espera una "doctora" y con el tono voz de quien ha atendido 300
personas me manda a sentar "súbala para que no tenga que agacharse
tanto", recrimina. Habla de una especie de gafas con una pantalla en la
que se observan letras de diferentes tamaños. "B1" dice, no entiendo
la instrucción "lea la B1", refunfuña? veo con dificultad y tras
varias instrucciones agrega: "se le recomienda un examen de visión pues no
está 20/20"... pero pasé.
Salgo "consultorio
3", se escucha en el parlante tras pronunciar mi nombre.
"Siéntese", me dice una jovencita delgada vestida de enfermera. Una
pantalla de un computador, un teclado con dos botones y dos perillas en el
centro, unos audífonos donde se escuchan pitos de distinto nivel, y un par de
pedales que simulan el freno y el acelerador hacen parte de la prueba de
motricidad.
Tercera prueba. "consultorio
2", me llaman. Otro computador con la única posibilidad de oprimir las
teclas V y F, (verdadero o falso) o A y B para responder preguntas al estilo de
"qué libro llevaría a una isla desierta" o "si salvaría de un
incendio a un perro o un cuadro", además de sumas y restas?
"consultorio 1"
entro a una cabina que por la manija parece más a un refrigerador del siglo
XIX. Me pongo unos audífonos. "De acuerdo al oído por el que escuche el
pito, oprima el botón", dice la especialista? pan comido, pienso. Dicho y
hecho, "está muy bien", me dice la joven en tono agradable.
Son las 10:00 am. Al bajar a
la sala del plasma hay medio centenar de personas arrumadas, con rostros grises
y pesimistas? una escena kafkiana de 'El Proceso' del escritor austro-húngaro.
Me miran, me siento mal por el optimismo que se refleja en mi cara. Frescos?,
pienso. Y al mirar a la derecha veo a quienes estuvieron conmigo al inicio del
día en los consultorios. ¿Me tengo que preocupar?? pienso.
- 2:40 pm.
Un hombre joven con una camisa
azul baja las escaleras del tercer piso, acaba de presentar las pruebas en los
cuatro laboratorios. Las sillas no dan abasto para los clientes por lo que los
tres tramos de escaleras cumplen esa función, me siento como en una URI. Pienso
en Kafka, en Santos, en Aida Ospina, en la Ley Antitrámites. Maldigo.
La gente se para, camina, se
sienta, se esfuerza por entender qué pasa y miran por la línea que deja la
puerta entreabierta de otros consultorios donde dos "doctores"
certifican los resultados de las pruebas e intentan conectarse al Runt.
"Hay quienes están desde ayer (?) el sistema en el Runt se cae
mucho", recuerdo al gerente del CRC.
"Ahí?" me indica uno
de los "amigos" ocasionales con quien pareciera conocerme de tiempo
atrás, ubico la puerta de donde me llaman. Una de las enfermeras sale del
consultorio, me identifica? "listo", dice. "Estoy seguro de que
mi cara se iluminó". "Uno menos" dicen en chiste mis
"amigos". "rápido? antes de que se caiga", alguien grita y
provoca risas.
No puedo disimular la dicha?
"señor?, señor? ahora vaya al SIM (Servicio Integral para la Movilidad),
verifique que sí cargo su examen y que le den el pase, me indican "? nos
guardará fila", añade el grupo entre risas. Pienso en Santos, en Ospina,
en la Antitrámites?
- 3:00 pm
$4.500 de taxi, $7.000 para
algo de comer, y súmele. Filas y más filas. En la puerta del Sim el celador
direcciona a los visitantes: "en información?, en información?, en
información?", y señala con la mano izquierda. ¿Y quienes venimos con los
exámenes?, pregunto: "allá", indica con la derecha y varios en la
fila de información se ubican detrás de mí. 300 pesos cuesta la copia de la
cédula que debo sacar. Uno de los "amigos" del CRC que llegó? me
guarda el turno. 'NI84', fue mi asignación. En ventanilla hay un señor de unos
66 años, intenta entender las señas que la dependiente le hace para ubicar el
pendón que está tras él y que sirve de fondo para la foto del pase.
Con una mano por detrás, donde
termina la cintura; el hombre maniobra el telón sin desviar la mirada de la
cámara frente a él. ¿Le ayudo?? Intervengo con tal de agilizar, al fin y al
cabo van en el NI82.
¡Bingo! "NI84"
señala la pantalla y me remite a la ventanilla 3, la misma en la que estaba el
señor a quien ayudé. "Acá nos tenemos que aguantar unos geniecitos",
dice amablemente mientras me recuerda los problemas por cuenta del Runt.
"Con esto puede pasar a caja y cancelar? en una hora puede mirar si está
su pase o tal vez mañana?", añade.
- 3:30 pm.
"105.200 pesos"
dicen en la caja. Luz al final del túnel.
- 7:00 am. 24 de julio,
miércoles.
Al menos 70 personas hacen
fila en el SIM de la calle 52 (Galerías). Voy al segundo piso. 10 personas
llegaron antes que yo; entre ellos, una pareja de abuelos a quienes no les han
entregado los papeles que vienen pidiendo desde hace varios días, al parecer
nada tienen que ver con el pase. De cuarto está uno de los "amigos"
del CRC, lleva un par de semanas en este trámite pues no ha contado con los
permisos que requiere el chistecito. "Ayer me quedé hasta las 5 pero no
salió?", dice resignado.
Me ausento por minutos, eso sí
recomiendo el puesto, y a pocos metros del lugar me cruzo con mi
"amigo" del CRC !listo¡¡¡¡ dice mientras me muestra la licencia, no
oculta la dicha, camina con prisa.
"Ya está don
Miguel?" dice la señorita de la ventanilla y me indica una bolsa plástica
azul que saca de entre cientos de bolsas similares. Reviso mi nombre, la cédula
y la categoría, por si acaso. Como mi "amigo" no oculto mi felicidad,
y como él salgo corriendo, no sé porqué.
¡Por fin!...
Pienso en Santos, y en Ospina,
se nota que no han tenido que renovar sus pases. Pienso en la Ley Antitrámites.
¿Acaso a estos pases era a los que hacía referencia el Procurador? ¡Tiene toda
la razón! ¿Burocracia de M?